Certificación LEED. Construcción sostenible con Bambú

Experiencia y conocimiento con el bambú transformado en sus distintas versiones avalan a nuestro equipo en su día a día.

Mientras de Asia llegaban frecuentes referentes de proyectos con estructuras singulares ejecutados con la propia caña del bambú, en Occidente el uso del bambú era muy poco frecuente hasta hace unas décadas. Hoy es un indispensable a nivel mundial en la implantación del desarrollo sostenible, tan deseado y necesario en el sector de la arquitectura y la construcción en general.

Bambú, sostenibilidad certificada

Las explotaciones controladas, la sofisticación de las cadenas de producción y la profesionalización del sector han hecho posible responder a una demanda imparable de este creciente mercado. Actualmente, el uso del bambú transformado es muy estable, competitivo y posee muy buenas perspectivas. El producto manufacturado se encuentra en múltiples variantes abriendo infinitas posibilidades como material para todo tipo de aplicaciones. Así es como este recurso sostenible por excelencia, empieza a llegar a millones de usuarios, en formatos diversos y con expectativas de funcionalidad prodigiosas.

La planta de largo y flexible tronco, a pesar de no ser considerado como un árbol, posee ciertas ventajas que la han llevado a posicionarse por delante de otras especies en el sector maderero. Su crecimiento natural es acelerado, lo que hace que entre 5 y 10 años de vida pueda ser seleccionada para su cosecha. A esto se suma que, una vez talado, la planta se regenera por si sola muy rápidamente, sin precisar de una nueva replantación. Los bosques y áreas de cultivo presentan un aprovechamiento del terreno excelente, con una alta densidad compatible con su buen crecimiento y desarrollo. También existe un mantenimiento de las capas de lixiviación y sustrato de los suelos, sin implicar su agotamiento.

Todo ello ha marcado la diferencia, situándolo en el centro de las miradas como alternativa contra la deforestación, que actualmente amenaza los ecosistemas. El bambú se emplaza como un recurso social y económico en favor del medio ambiente, creando empleos y dinámicas sostenibles en su cultivo y transformación.

Si todo lo anteriormente mencionado puede ser más que suficiente para avalar la idoneidad de este material, hay que añadir que a nivel técnico alcanza cualidades muy competitivas. El bambú es muy duro y resistente debido a la composición de sus fibras. Cuenta con una gran estabilidad dimensional y un buen comportamiento ante agentes agresivos externos, como el agua o los insectos. Esto deja de manifiesto la aptitud en aplicaciones de toda índole.

Sin embargo, la explotación de bambú aún no se lleva a cabo dentro de nuestras fronteras, siendo de momento su cultivo muy restrictivo en Europa. Se limita a su importación de áreas autóctonas tanto en Asia como en Sudamérica. Esto se logra conteniendo los correspondientes costos y consumos energéticos de transporte hacia los mercados de consumo.

Conciencia ambiental y huella ecológica del bambú

En los últimos años muchas asociaciones internacionales y entes gubernamentales de todo el mundo están poniendo de manifiesto la importancia y las posibilidades, que de cara a la sostenibilidad, se brinda a través de esta apuesta, como es el caso de la Organización Internacional del Bambú y Ratán, INBAR. Mediante investigaciones y publicaciones científicas estas entidades han plasmado en datos la huella ecológica del bambú y/o sus derivados, también llamada huella de carbono. De manera exhaustiva, para determinar esta huella, es necesario considerar cada aspecto del ciclo de vida y el impacto medioambiental de la industria del bambú.

Esto es un indicador ambiental que pretende reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos de manera directa o indirecta, desde que el producto nace hasta que se desecha. Esto es analizado en conjunto con toda la manipulación a la que es sometido el material, teniendo en cuenta también la absorción de CO2 que realiza durante su crecimiento y vida útil. Tal impacto ambiental es medido llevando a cabo un inventario de emisiones o un análisis de ciclo de vida según la tipología de huella, siguiendo normativas internacionales reconocidas y, con el apoyo de ISO 14040 e ISO 14044 para la elaboración de un documento acreditativo, el Análisis del ciclo de vida (Life Cycle Assessment – LCA). En él la huella de carbono se mide en masa de CO2 equivalente.

Es así como este análisis de ciclo de vida puede aplicarse a cualquier proceso o producto. Es la herramienta de gestión medioambiental con la que, mediante un método estandarizado, se analiza de forma científica, objetiva, metódica y sistemática, el impacto ambiental originado durante el ciclo de vida completo. En el caso del bambú ha permitido materializar evidencias científicas que catalogan el bambú como un producto con una huella de carbono neutral. Ciertamente en todo su ciclo, desde su crecimiento hasta su reciclaje, la absorción de CO2 producido puede llegar a ser mayor que la emitida.

Tras varios estudios, se puede determinar la correspondiente declaración medioambiental del material. De este modo se comunica con garantía del fabricante que el producto alcanza los estándares de sostenibilidad ambiental establecidos.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el sector de la construcción es responsable de hasta el 30% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello uno de los desafíos que se plantea la arquitectura contemporánea es la reducción de las emisiones de carbono incorporadas en los edificios. Ser capaces de medir, cuantificar y calificar los impactos de sus componentes es un buen camino para comenzar.

 

El bambú se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones en la construcción, por lo que puede contribuir a la obtención de puntos LEED de un edificio en diferentes categorías:

1. Materiales y Recursos: Por su condición de recurso renovable, ya que puede ser cultivado de manera sostenible sin el uso de químicos tóxicos. Además, su producción y transporte tienen un impacto ambiental mucho menor que el de otros materiales de construcción.

2. Energía y Atmósfera: Al utilizar bambú en la construcción, se puede mejorar la eficiencia energética de un edificio. Es un material termo-acústico que ayuda a mantener la temperatura interior constante y a reducir el consumo de energía para la climatización.

3. Equilibrio Interior y Calidad del Aire: Al ser un material no tóxico y no alergénico, puede contribuir a la creación de un ambiente interior saludable y agradable para los ocupantes. Además, su capacidad de absorción de humedad ayuda a regular la humedad interior y a mejorar la calidad del aire.

 

 

Niveles de certificación LEED

Estos puntos conforman un sistema normativo en el cual puede clasificarse un proyecto o edificación con niveles de certificación. Esto incide en un posicionamiento de cara a una evaluación económica o mayor reconocimiento. El sistema LEED ofrece cuatro niveles de certificación, desde certificado hasta platino:

1. LEED Certificate: Este es el nivel más básico de certificación LEED y se otorga a proyectos que cumplen con los requisitos mínimos de sostenibilidad ambiental. (mínimo de 40 puntos en la evaluación LEED)
2. LEED Silver: Segundo nivel de certificación y se otorga a proyectos que cumplen con requisitos más rigurosos de sostenibilidad ambiental. (mínimo de 50 puntos en la evaluación LEED)
3. LEED Gold: Tercer nivel de certificación y se otorga a proyectos que cumplen con los más altos estándares de sostenibilidad ambiental. (mínimo de 60 puntos en la evaluación LEED)
4. LEED Platinum: Nivel más alto de certificación con proyectos que cumplen con los estándares más rigurosos de sostenibilidad ambiental. (mínimo de 80 puntos en la evaluación LEED)

 

Cada nivel de certificación LEED representa un compromiso con la sostenibilidad ambiental y un esfuerzo por reducir el impacto ambiental de un proyecto de construcción. Además, su obtención será un factor determinante para atraer organizaciones, clientes y/o inquilinos comprometidos con la sostenibilidad, mejorando la imagen de marca de un proyecto.

 

El bambú en nuestra filosofía de trabajo

El bambú empleado por BOO BAMBOO y los sistemas de construcción a los que se presta contribuyen al logro de importantes créditos para la certificación LEED-NC. En sus formatos de suelos macizos, tableros macizos, o chapas exponen numerosas ventajas en torno a la sostenibilidad y el respeto medioambiental. Constituyen un recurso idóneo en la promoción de los cuatro niveles de certificación existentes.

Para el equipo de BOO, el bambú representa una gran apuesta en beneficios ambientales, económicos y sociales, definiendo como el material el ideal para los proyectos de arquitectura más comprometidos y exigentes con el medio ambiente. Por eso, constituye un aliado en la construcción de edificios que opten a una certificación de sostenibilidad, tan valorada y necesaria en la actualidad. Nuestra empresa lleva décadas apostando por el material para el diseño y construcción de espacios sostenibles. La colaboración entre departamentos nos permite controlar la totalidad del proceso de trabajo: desde la procedencia del material y el proceso de selección, a la transformación y fabricación de productos terminados, convirtiéndolo en un gran rival y sustituto de la madera.

En nuestro repertorio de obras, se suman cada vez más proyectos que ha contado con nuestro suministro de elementos de bambú. Muchos de ellos han concebido su empleo incluso desde la idea inicial. Los profesionales de nuestro departamento técnico asesoran y ofrecen estos productos en cada proyecto con la responsabilidad y compromiso con este material.